Es claro que el síndrome de abstinencia por nicotina provoca síntomas incómodos, pero nunca se debe perder de vista que estos son pasajeros. El beneficio de dejar de fumar dura por el resto de la vida.
El síndrome de abstinencia por nicotina provoca una serie de síntomas molestos para los exfumadores. Las manifestaciones varían de intensidad de una persona a otra. Sin embargo, en general, hay sensación de malestar físico, nerviosismo y ansiedad.
Se debe tomar en cuenta que la nicotina es una droga muy adictiva. El consumo de esta sustancia hace que se libere dopamina en el cerebro, una hormona que incrementa la sensación de bienestar. Por eso, el cuerpo reacciona de manera negativa a la ausencia de la droga.
Pese a todo, el síndrome de abstinencia por nicotina no genera ningún riesgo para la salud. Sus síntomas afectan hasta al 85 % de las personas que deciden dejar de fumar, pero todo puede resolverse por sí solo en un lapso de cuatro a 12 semanas.
Síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina.
Los síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina son muy variados, pero, sin duda alguna, el más característico es el ansia de fumar que puede surgir ante la presencia de un estímulo, como ver fumar a otra persona, o sin causa aparente.
Lo bueno es que el deseo de fumar se disipa en un lapso de 15 a 20 minutos, por lo que solo se trata de manejar ese episodio y luego todo estará bien. Los dos o tres minutos iniciales son los más difíciles. A este síntoma se le conoce como craving y suele durar de seis a ocho semanas.
Otros síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina son los siguientes.
Síntomas físicos
Los principales síntomas físicos en el síndrome de abstinencia por nicotina son los siguientes:
Mayor apetito.
Tos.
Boca seca.
Dolor de cabeza.
Mareo.
Fatiga.
Goteo nasal.
Gripe.
Dolor de garganta y de lengua o encías.
Sensación de opresión en el pecho.
Aumento de peso.
Frecuencia cardiaca más lenta o bradicardia.
Estreñimiento.
Hipotensión.
Síntomas mentales
Además de los síntomas físicos, el síndrome de abstinencia por nicotina también provoca intensos síntomas mentales como los siguientes:
Ansiedad e inquietud.
Irritabilidad.
Dificultad para concentrarse.
Insomnio y problemas para dormir bien.
Ira y frustración.
Depresión.
Desánimo.
Mal humor.
¿Por qué ocurre?
Como ya se había mencionado, la nicotina es una sustancia que provoca una fuerte adicción. Cuando se consume nicotina se produce una liberación transitoria de endorfinas. Esto activa los circuitos de gratificación del cerebro y provoca una sensación pasajera de euforia.
De manera simultánea, se incrementan los niveles de dopamina, lo cual provoca una sensación de bienestar. Esto dura menos cuando se consume nicotina que cuando se ingieren otras drogas. Todo ello en conjunto refuerza la conducta de consumir nicotina.
El humo del cigarrillo penetra en los pulmones y, luego, pasa al torrente sanguíneo. En un lapso de unos 10 segundos llega al cerebro y se produce la sensación placentera, que luego se disipa con rapidez. La brevedad de ese ciclo induce a mayor consumo de nicotina.
El síndrome de abstinencia por nicotina es resultado de la dependencia química hacia esa droga. La persona fumadora se acostumbra a la presencia de ese químico en el organismo y experimenta malestar cuando no lo ingiere. Por eso, se presentan los síntomas molestos.
¿Cuánto duran los síntomas?
Los síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina duran entre cuatro y 12 semanas. Raras veces menos o más tiempo que este. Lo usual es que si una persona deja de fumar, elimine la nicotina que hay en su cuerpo en las siguientes 24 horas.
Los síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina aparecen en las primeras 12 a 24 horas después de haber abandonado el tabaco. Los episodios de ansia de fumar, como ya se anotó, son muy intensos durante unos tres minutos. Luego, desaparecen por unos 10 minutos y reaparecen de nuevo hasta completar ciclos de 20 minutos.
La etapa más difícil es la de las dos a tres primeras semanas de abstinencia. Sin embargo, el ansia de fumar sigue reapareciendo por varios meses y, a veces, por años. Los demás síntomas se van diluyendo poco a poco y si se aprende a manejar el deseo de fumar, es posible abandonar el tabaco para siempre.
Consejos para sobrellevar el síndrome de abstinencia.
Hay una gran cantidad de fumadores que quieren abandonar el tabaco, pero desiste de ello en función de los síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina. Por eso, es muy importante aprender a gestionar dichos síntomas de modo que se pueda lograr el objetivo. Los siguientes son algunos consejos clave para lograrlo.
Identificar los incitantes
Hay algunos factores que actúan como incitantes para el consumo de tabaco. Para cada persona son diferentes, pero algunos de ellos son muy comunes entre los fumadores. Los más habituales son los siguientes:
El comienzo del día.
Sentir estrés.
Tomar café o té.
Consumir bebidas alcohólicas.
Sentirse satisfecho después de comer.
Preocuparse o estar aburrido.
Estar en compañía de otros fumadores.
Conocer los factores o los elementos que disparan el ansia de fumar es muy valioso para ser precavidos frente a estos. No siempre se pueden eludir, pero tener conciencia de la forma como operan en el síndrome de abstinencia por nicotina ayuda a sortearlos mejor.
Manejar los episodios de ansias
Este es uno de los elementos clave en la superación de la adicción al tabaco. Lo indicado, en primer lugar, es recordar que esos episodios son pasajeros. Surgen y se intensifican, pero luego desaparecen y cada vez son menos habituales.
Durante estos episodios se puede optar por alguna de las siguientes medidas:
Masticar algo ayuda a disipar el ansia de fumar. Lo mejor es optar por zanahorias, manzanas, goma de mascar sin azúcar o algo parecido. Esto no contribuye a subir de peso.
Ejercicios de respiración. A veces solo basta con inhalar y exhalar de manera profunda. En todo caso, si es posible, las técnicas de relajación o el yoga son excelentes para disipar el ansia.
Productos de reemplazo. El médico puede indicar el uso de algunos productos para sustituir la nicotina, según cada caso.
Medicamentos. El uso de ciertos fármacos, bajo supervisión médica, puede ayudar a gestionar esos episodios de deseo de fumar.
Gestionar las emociones incómodas
Lo más habitual es que al dejar de fumar aparezcan emociones de ira, frustración e irritabilidad. Esto es más intenso durante la primera semana y se mantiene, casi siempre, por unas tres o cuatro semanas más.
Lo más indicado para disipar esas emociones es hacer ejercicio de forma regular. Basta con dar una caminata, ojalá a paso rápido. La meditación y las técnicas de relajación también son de gran ayuda. Asimismo, se debe evitar el consumo de café, té u otras bebidas estimulantes.
Trabajar la ansiedad y la depresión
Es conveniente tomar la decisión de dejar de fumar en un momento en el que se puedan pasar dos o tres semanas sin estímulos estresantes. Mucho mejor si es posible pasar tiempo solo y en un ambiente tranquilo.
La actividad física, las técnicas de relajación y la evitación de bebidas estimulantes son muy aconsejables. También tomar baños de agua tibia y realizar actividades agradables. Los reemplazos de la nicotina son muy convenientes.
Es aconsejable hacer planes sencillos y agradables como ir a un concierto, una obra de teatro o algo por el estilo. Conversar con los amigos sobre temas positivos es también muy recomendable. Si las emociones son muy fuertes o descontroladas, lo mejor es consultar con el médico.
Controlar la dieta y el peso
Es común que al dejar de fumar se aumente de peso. Lo indicado es mantener una dieta bien equilibrada, con muchas frutas y verduras. Es frecuente que los exfumadores busquen alimentos dulces; sin embargo, lo mejor es evitarlos.
También conviene beber agua con frecuencia. De hecho, cuando se sientan deseos de fumar es muy aconsejable beber un vaso de agua. Es importante hacer hincapié en los beneficios del ejercicio regular que, en este caso, también ayuda a controlar el peso.
El síndrome de abstinencia por nicotina es pasajero
Dejar de fumar es una excelente decisión por la que siempre vale la pena trabajar. Si bien el síndrome de abstinencia por nicotina trae varias molestias, estas no se comparan con los beneficios que se obtienen al abandonar el tabaco.
El exfumador debe pensar que los síntomas del síndrome de abstinencia por nicotina son pasajeros, pero los beneficios de dejar de fumar sí tienen larga duración. Cada día sin fumar es un logro y anuncia que vendrán días más fáciles de sobrellevar.
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